lunes, 28 de marzo de 2011

Subida a Machu Pichu (parte 1)


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A las 7 de la mañana salí de mi hotel y después de andar unos instantes sin un rumbo claro pregunté por dónde exactamente se cogía el camino. Con estas indicaciones, entre los ruidos de golpes y manejo de herramientas de unos obreros, fui en busca del río, para iniciar el recorrido. La fuerza del río en ese punto es muy importante y esto hace que la intensidad del sonido que produce llege a ser molesta. Siguiendo un camino junto al río fui avanzando y adentrándome en el bosque... Cuando, por la forma del camino, me aproximaba al rio, la fuerza del ruido de las aguas lo tapaba todo con sus millones de pequeños impactos multiplicados de forma incontable hasta formar un sonido atronador y continuo. Cuando me alejaba de éste, se colaba algún pájaro y poco más. A los pocos minutos crucé el río e inicié la ascensión propiamente

lunes, 7 de marzo de 2011

Esperando al tren en Ollantaytambo


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 La subida al Machu Pichu la hice solo porque mis acompañantes ya lo conocían y prefirieron quedarse en Cuzco. Antes de iniciar la caminata tuve que subir hasta Aguas Calientes para hacer noche. La primera parte de la excursión solitaria consistió en la subida en tren desde Ollantaytambo. A la estación llega un tren y un grupo de mujeres locales aprovechan el paso de visitantes para ofrecerles algo para comer (“choclos” con o sin queso). Los trabajadores de Perú Rail también aparecen en escena para realizar las labores de mantenimiento o suministros del tren. Cuando los altavoces anuncian la llegada de mi tren, me acerco al andén y, después de unos instantes, me revisan el billete y me permiten el acceso a mi asiento.